La familia Salhiya mantiene hoy las bombonas de gas en el tejado y botellas de gasolina en el salón ante el temor de que las autoridades israelíes, que ayer derribaron tres estructuras de su parcela de Jerusalén este ocupado, regresen para ejecutar una orden de desalojo.
"Si regresan, haremos explotar la casa.
No nos vamos a ir otra vez", advirtió hoy en entrevista con Efe Mahmud Salhiya, uno de los propietarios, al relatar que su familia ya fue expulsada de Jerusalén Oeste tras la creación del Estado de Israel.