Ochenta años después del tratado de paz de Río de Janeiro, que puso fin al conflicto ecuatoriano-peruano sobre la zona fronteriza, la relación de los dos países suramericanos es “vigorosa” y de "integración intensa", tras varios sobresaltos y con una tranquilidad que realmente se consolidó recién en 1995.
El denominado Protocolo de Paz, Amistad y Límites de Río de Janeiro, firmado el 29 de enero de 1942 y del que este sábado se cumple el octogésimo aniversario, inició la normalización de las relaciones bilaterales después de décadas de incidentes y combates, incluyendo la guerra de 1941, cuando las tropas peruanas ocuparon fácilmente varias provincias del país vecino.