Nada que ver los éxitos cosechados hasta ahora, las emociones sentidas a lo largo del año ni la progresión sin freno durante la temporada con lo plasmado y vivido en el Centro Nacional de Tenis Billie Jean King de Flushing Meadows, donde Carlos Alcaraz dio el salto de calidad definitivo e hizo suyo el Abierto de Estados Unidos a la par que el número uno del mundo.
El peso de uno sobre otro ya es cuestión de criterios y también de gustos. Alcaraz, por si acaso, ya tiene los dos objetivos cumplidos. Un Grand Slam y la cima del circuito.