La búsqueda de la "paz total" en un país donde las distintas formas de violencia volvieron a crecer después de la firma del acuerdo con las FARC es una de las prioridades de Gustavo Petro como presidente de Colombia y una apuesta ambiciosa en momentos en que hay una embestida criminal del Clan del Golfo contra la Policía Nacional.
El ambiente político favorece la iniciativa de Petro, que a partir del próximo domingo será el primer presidente de izquierdas de Colombia y que tiene entre sus objetivos la reanudación de los diálogos de paz con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y con otros grupos armados, una tarea nada fácil.