California sufre la mayor sequía en 1.200 años y el 95 % de su territorio se encuentra en riesgo severo, una situación límite generada por un cóctel explosivo: cambio climático, un uso descontrolado del agua y una crisis en los sistemas de abastecimiento.
Las familias que habitan este estado ubicado al oeste de Estados Unidos ya padecen las consecuencias de la sequía y el gobernador, Gavin Newsom, del Partido Demócrata, les ha pedido reducir el consumo doméstico de agua en, al menos, un 15 %.