La situación en Bagdad y en el resto de Irak volvió a la calma en la tarde de este martes tras los disturbios iniciados el lunes, en los que han muerto al menos 35 personas, después de que el influyente clérigo chií Muqtada al Sadr ordenara a sus seguidores retirarse del centro de la capital.
"Si en 60 minutos no se retiran de la sentada frente al Parlamento, dejaré de ser parte de la corriente sadrista", instó Al Sadr, en un discurso de apenas seis minutos en Nayaf, su ciudad natal ubicada en el sur de Irak.