Las tropas rusas aumentan la presión en los frentes este y sur de Ucrania, pero Kiev asegura que controla la situación en el campo de batalla, aunque a costa de un alto precio en vidas y riesgo de desastre nuclear.
"La situación en el Donbás sigue siendo muy difícil. Nuestro ejército está haciendo todo lo posible para detener el terror ruso e infligir las mayores pérdidas posibles a los invasores", dijo el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en su alocución diaria.