Las nuevas políticas de las tarjetas de crédito con las webs de contenido para adultos para intentar proteger a colectivos vulnerables no solo pone en aprietos económicos a los trabajadores sexuales, sino que afecta su derecho al trabajo y la libertad de expresión, según organizaciones civiles de EE.
UU.El último paso lo dio Mastercard el pasado 15 de octubre, cuando entró en vigencia una nueva política que obliga a las empresas a la verificación de edad e identidad de los creadores y la aprobación previa del contenido antes de su publicación, entre otros requisitos.