Bad Bunny mantuvo a Puerto Rico despierto en la noche del jueves al viernes con un concierto en San Juan retransmitido por televisión y en pantallas en plazas de toda la isla, que se convirtió en una gran fiesta.
Horas antes del primero de sus tres conciertos en el Coliseo de Puerto Rico, el cantante ya avisó en un mensaje en Twitter que iba a ser "un party (fiesta) cabrón de esquina a esquina".
Y no defraudó.