Vasylivka, por donde cruzó esta semana la misión del OIEA hacia la central nuclear de Zaporiyia, es el único lugar de paso en más de dos mil kilómetros de frente para miles de ucranianos que huyen de la deteriorada situación humanitaria y de los intensos combates en el sur de Ucrania.
Situada a cuarenta kilómetros de la central, la mayor de Europa, es la ciudad donde se localiza el último de las decenas de puestos de control rusos.
Caravanas de cientos de vehículos llegan desde al menos tres direcciones de la zona ocupada y lo que allí les espera a menudo es cuestión de suerte.