El eventual "ascenso" del actual primer ministro italiano, Mario Draghi, a la presidencia de la República situaría al país en una de sus clásicas encrucijadas, dejando la jefatura de Gobierno vacante, aunque el escenario cambia cada día y el economista podría terminar "quemado". Como siempre en Italia, todo puede pasar.
Desde el próximo lunes, los parlamentarios tienen ante sí una responsabilidad que se repite cada siete años desde la proclamación de la República en 1946, la elección del jefe del Estado, al expirar el mandato del actual, Sergio Mattarella.