La herida y los recuerdos siguen presentes a 30 años de que las calles de un barrio popular de la ciudad mexicana de Guadalajara explotaran por una fuga de gas que dejó más de 200 fallecidos de manera oficial y cientos de supervivientes que a día de hoy no logran superar el suceso.
Patricia Huerta tenía 17 años el 22 de abril de 1992.