Varias ciudades de Estados Unidos, entre ellas Nueva York, se comprometieron este miércoles a presionar y exigir responsabilidades a los fabricantes de armas en respuesta a la epidemia de violencia que se vive en el país.
Reunidos en la Gran Manzana, los alcaldes de una quincena de localidades coincidieron en la necesidad de actuar ante una industria "que ha decidido poner sus beneficios por encima de la seguridad" de los ciudadanos, según resumió el regidor neoyorquino, Eric Adams.