
"La sangre derramada, jamás será olvidada", coreaban este lunes grupos de izquierda frente a la Embajada de EE.UU. en Panamá, en memoria de los "miles de asesinados" durante la invasión estadounidense en 1989 para derrocar al dictador Manuel Antonio Noriega.
"Ellos lo único que le han aportado a nuestro país es desgracia a lo largo de la historia, desde su intervencionismo hasta hoy en día", dijo a Efe el secretario general del poderoso Sindicato Único de Trabajadores de la Construcción y Similares (Suntracs) y ex candidato presidencial, Saúl Méndez.