El presidente francés, Emmanuel Macron, no quiso someterse a la prueba PCR que le pedía el Kremlim antes de su cumbre con su homólogo ruso, Vladimir Putin, por lo que se impuso una gran distancia entre ambos para evitar eventuales contagios.
Fuentes del Elíseo indicaron que "las condiciones protocolarias que hubieran permitido una reunión con los dos jefes de Estado con una distancia menor (.
..) no eran ni aceptables ni compatibles con los problemas de agenda" del líder francés.