Estados Unidos, el Reino Unido y la Unión Europea (UE) han estado negociando en secreto durante las últimas semanas una batería de sanciones con las que golpear a Rusia si decide invadir Ucrania.
El castigo no tendría precedentes, según han asegurado los líderes de las naciones de Occidente, y superaría las sanciones que se adoptaron tras la anexión rusa de Crimea en 2014.