El miedo a un atentado es el día a día para la minoría chií hazara en Afganistán, pero eso no impide que sigan con sus vidas hasta que, cuando menos se lo esperan, ¡boom!. Puede ser al salir del colegio, en la mezquita o en un transporte urbano.
Para protegerse, los hazara se agrupan en barrios, como el emblemático Dashte Barchi en el oeste de Kabul, convirtiéndose así en objetivo fácil de los atentados que reivindica con frecuencia el grupo yihadista Estado Islámico (EI), que los considera apóstatas.