El luchador puertorriqueño El Mesías tardó cuatro años para encontrar la fórmula con la que la afición de la lucha libre mexicana, acostumbrada a tener referentes locales, le diera aplausos hasta convertirlo en una de las figuras modernas de este deporte en el país.
"Como extranjero tienes que picar piedra, enseñarle al público por qué estás ahí y si te quieres mantener y ganar otra posición debes sacrificar todo y también enseñarle al mundo de lo que eres capaz", explicó este domingo a Efe.