Los más de 11.000 inmigrantes, en su mayoría de Centro y Sudamérica, que ha recibido Nueva York desde el pasado junio, y que han sido enviados a albergues de la ciudad, ha puesto en peligro ese sistema, que según el alcalde Eric Adams "está llegando a su punto de ruptura".
"Esta administración, por sí sola, ha brindado albergue, atención médica, educación y una serie de otros servicios de manera segura y eficiente a más de 11.
000 personas, principalmente de América Central y del Sur, que buscan una vida mejor", recordó hoy el alcalde en un comunicado.