En el primer año de su mandato, el presidente Joe Biden logró menos que lo prometido para los inmigrantes indocumentados, pero bastante más que lo reconocido por sus críticos para cambiar las políticas de su predecesor Donald Trump.
Biden llegó a la Casa Blanca con un plan que ofrecía una senda a la residencia legal permanente y, eventualmente, la ciudadanía para unos 12 millones de inmigrantes indocumentados y los amparados por programas temporales como DACA y TPS, grupos que estuvieron en la cuerda floja en la Administración de Trump (2017-2021).