
Como si se tratase de los anárquicos simios del Libro de la Selva que secuestraron a Mowgli, la tropa de monos verdes que se han apoderado de un estacionamiento de Dania Beach, en el sur de Florida, se desplaza entre árboles, posa con alboroto sobre los coches y acepta con descaro el tributo de alimentos que les traen habitantes locales y curiosos.
Son, sin duda, celebridades locales y los primates más consentidos del estado de Florida, tan riguroso en la eliminación o captura de especies no nativas o invasoras, un calificativo, este segundo, que supone un agravio a esta colonia de monos sociables e inteligentes que nunca se han mostrado agresivos con los humanos.