El cineasta estadounidense Steven Oritt se propuso enfocar el Holocausto desde un ángulo diferente en su último filme, "My Name is Sara", basado en la historia real de una niña judía que supo tomar por sí misma las decisiones correctas para sobrevivir, según contó este viernes a Efe en Miami.
Oritt quiso que su primer largometraje de ficción se distinguiera de otras películas sobre el Holocausto por tratar del "daño colateral" y buscar una "conexión emocional" con un público joven que quizás no conoce tanto o no está tan interesado en esas historias.