En Estados Unidos, donde los tiroteos son una de las principales causas de muerte para los menores de edad, hablar de niños y armas de fuego no es nada nuevo. Pero poco se sabe sobre el impacto que la pandemia de covid-19, con sus confinamientos y cierres de escuelas, ha tenido en esta tendencia. Hasta ahora.
En un estudio publicado este jueves en la prestigiosa revista médica JAMA, los investigadores Pablo Peña y Anupam Jena revelan que, desde marzo de 2020, ha muerto por disparos al menos un niño más cada día de los que deberían haber muerto si se siguiera la tendencia de años anteriores.