La decisión de la gasística rusa Gazprom de cortar el suministro a Polonia y Bulgaria por no pagar las entregas en rublos ha enmarañado el complejo marco de sanciones comunitarias, que pretenden castigar económicamente a Moscú pero también dejar abierta una vía para que la UE pueda comprar hidrocarburos a Rusia.
"La Comisión siempre está, por principio, en contacto con las autoridades de los Estados miembros" para "garantizar que las entregas de gas a Europa continúen", declaró este lunes en una rueda de prensa el portavoz jefe del Ejecutivo comunitario, Eric Mamer.