El Gobierno italiano presidido por Mario Draghi se muestra cada vez más propenso a imponer el certificado sanitario reforzado a los trabajadores del país, una medida que las reticencias de algunos partidos de la coalición han impedido tomar hasta ahora, pero que el Ejecutivo baraja aprobar en el próximo Consejo de Ministros, el 5 de enero.
Draghi quiere que el "súper certificado", que se otorga sólo a los vacunados o a quienes han superado la enfermedad y que muchos consideran "una vacunación obligatoria enmascarada", entre en vigor en el trabajo lo antes posible, después de que su aprobación haya sido pospuesta hasta en dos ocasiones por la falta de consenso dentro del Gobierno, revelan hoy los medios italianos.