Un grupo de haitianos llegados hace meses a la mexicana Ciudad Juárez batalla por encontrar empleo sin hablar español ni tener los papeles en regla, mientras continúan con su sueño de cruzar a Estados Unidos y huir de la crisis de su país natal.
Al norte de esta urbe del estado de Chihuahua, unas de las más industrializadas, y también peligrosas, de la frontera norte, un templo evangélico se ha reconvertido en un albergue que cobija ahora a migrantes haitianos, que han encontrado ahí un techo que los resguarda, un refugio.