Los más de 150.000 vecinos de Jackson, la capital de Misisipi (Estados Unidos), se han quedado sin acceso a agua potable después de que fallara una bomba potabilizadora tras días de fuertes lluvias.
El gobernador de Misisipi, el republicano Tate Reeves, declaró anoche el estado de emergencia por la falta de agua potable y los reservistas de la Guardia Nacional del estado están ahora haciendo todo lo posible para distribuir agua embotellada en Jackson.