
Rusia dejó claro este viernes en la ONU que se opone a prorrogar el suministro de ayuda humanitaria desde Turquía al último bastión opositor del norte de Siria, un mecanismo que en los últimos años ya ha sufrido recortes muy importantes y que expira el próximo julio.
Moscú ya abogó en los últimos años por cerrar esta operación gestionada por Naciones Unidas, pero a última hora siempre terminó por aceptar un compromiso para mantenerlo abierto, aunque cada vez con más limitaciones.