El futuro de los migrantes venezolanos enviados por el gobernador de Florida a la Martha's Vineyard (Massachusetts, EE.UU.) es incierto después de su traslado a un base militar próxima, y ha dejado conmocionado al pueblo de Edgartown, en la isla, cuya comunidad se volcó en acogerlos.
Poco se sabe del destino que deparará al medio centenar de migrantes, que llegaron el miércoles a bordo de dos aviones a Martha's Vineyard y que el viernes fueron trasladados a la base conjunta de Cape Cod, no muy lejos de la exclusiva isla.