La petrolera rusa Lukoil está en el punto de mira en Estados Unidos, donde tiene cerca de 200 gasolineras a través de su filial estadounidense, hasta el extremo de que ha hecho un llamamiento a frenar la invasión lanzada por el Kremlin en Ucrania para evitar un boicot de sus clientes.
"Por ahora no nos ha afectado el boicot", cuenta a Efe un trabajador de una gasolinera de Lukoil en Filadelfia, que prefiere mantener el anonimato, y que subraya que el único problema es la subida de precios de la gasolina a raíz de la guerra.