En el corazón de un barrio hispano de Tucson (Arizona) con fama de ser violento una granja urbana busca cambiar la mala imagen de la zona, promover una alimentación sana, de bajo costo y sin pesticidas al tiempo que recuperan viejas tradiciones y costumbres latinas e indígenas.
En lo que un día fue una escuela primaria en el Barrio Centro se encuentra la granja, un proyecto comunitario operado por más de una docena de voluntarios que quieren hacer un cambio, comenzando con el nombre de la granja, "Flores y Balas.