La reunión de líderes de la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América (ALBA) de este viernes en La Habana es parte del pulso entre EE.UU., de un lado, y Cuba, Nicaragua y Venezuela, de otro, a raíz de la decisión de Washington de excluirlos de la Cumbre de las Américas, según expertas consultadas por Efe.
Aunque a corto plazo La Habana, Caracas y Managua se erigen como vencedores de esta puja -por las críticas que la decisión de EE.UU. ha suscitado en América Latina-, a largo plazo se entrevé una erosión de la confianza regional y se evidencia la falta de un mecanismo vertebrador e incluyente en el hemisferio occidental, clave para afrontar desafíos como la migración, el desarrollo económico o el cambio climático.