Rusia y Bielorrusia hicieron hoy frente común en la crisis migratoria con la Unión Europea (UE), al acusar a Bruselas de crear con sus propias manos el problema en la frontera con Polonia, al tiempo que el Kremlin negó estar detrás de la llegada de miles de inmigrantes irregulares de Oriente Medio.
"Rusia nunca ha ocultado que en los momentos más difíciles está dispuesta a ofrecer, y ya lo está haciendo, la ayuda necesaria a Bielorrusia", dijo en su rueda de prensa telefónica diaria el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.