Brandon Doman lleva trece años coleccionando por todo Estados Unidos historias anónimas que quedan atrapadas en la cara de una hoja de papel; algo que comenzó en 2009 como una ocurrencia divertida para matar el tiempo en la localidad de Ann Arbor (Michigan) y que 75.000 historias después se ha convertido en su forma de vida en Nueva York.
"Solo le pido a la gente que escriba algo honesto, anónimo y que entre dentro de una página. El resultado de eso es que obtienes cosas que son divertidas, emocionales, inspiradoras, trágicas... todos los diferentes reflejos de la condición humana", explica Brandon a Efe rodeado de decenas de textos y dibujos que cuelgan como grandes mariposas disecadas.