La pintora cubana Carmen Herrera, que alcanzó la fama solo cuando ya era una anciana, murió ayer en su domicilio de Nueva York a los 106 años, según anunció la galería Lisson que la representaba.
"Con inmensa tristeza anunciamos la muerte de Carmen (...) Murió en paz mientras dormía en su estudio-apartamento de Nueva York donde vivió y trabajó desde 1967, la mayor parte de ese tiempo con su marido Jesse Lowenthal, quien también murió en casa en 2000", escribe la galería en su obituario.