Irlanda del Norte cierra 2021, el primer año del Brexit, con grandes dudas sobre el impacto que seguirá teniendo este divorcio en la provincia británica, donde se espera que Londres y Bruselas lleguen a un acuerdo en 2022 para afinar el funcionamiento del controvertido Protocolo para la región.
Este mecanismo ha mantenido abierta la frontera entre las dos Irlandas -clave para sus economías y el proceso de paz-, pero ha impuesto controles aduaneros a los bienes que llegan al Ulster procedentes de Gran Bretaña (Escocia, Gales e Inglaterra), con una nueva carga burocrática que ha provocado escasez de productos en la región y tensiones políticas.