El importante sector del turismo en Sri Lanka no logra recuperarse desde que en 2019 sufrió los atentados de Pascua, un duro golpe al que siguió la pandemia y luego la crisis económica, como si el país cayera bajo una maldición.
Después de que en 2009 concluyeran más de dos décadas de guerra civil, todo eran datos positivos para la isla, haciendo valer sus paisajes idílicos de colinas y playas de arena blanca para impulsar un turismo, que se convirtió en uno de los mayores generadores de divisas extranjeras en el país.