El nuevo presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, insistió hoy en su discurso de investidura en la necesidad de impulsar el crecimiento nacional para cerrar la brecha social y en dejar abierta la posibilidad de dialogar con Corea del Norte en un momento marcado por las repetidas pruebas de armas del régimen.
Yoon llegó a la Asamblea Nacional (Parlamento) chocando los puños, como manda la etiqueta de pandemia, a algunos de los 40.000 congregados hoy frente al hemiciclo para verlo tomar posesión y volvió a acercarse al público al término de la ceremonia mientras algunos grupos coreaban su nombre.