Encarcelada desde el golpe de Estado militar de febrero de 2021 y con varias condenas de prisión en los últimos meses, la depuesta líder birmana Aung San Suu Kyi ha sufrido un nuevo revés al perder con su hermano un juicio sobre la venta de la histórica vivienda en la que pasó 15 años de arresto domiciliario.
Aunque no residía en ella desde hace una década, la elegante villa colonial, construida al borde del lago Inya, en Rangún, es considerada por muchos birmanos como un símbolo de la democracia y un lugar de relevancia histórica por haber sido durante tres lustros el lugar de detención de la derrocada líder y la casa en la que vivió sus primeros años.